sábado, 3 de diciembre de 2011

Mingote: Marqués de Daroca.

            El Rey acaba de nombrar Marqués de Daroca a D. Antonio Mingote. Me acabo de enterar y no doy crédito, sin ser Banca. Tratándose del “abecé” del humorismo gráfico, y del humorismo gráfico del “abecé”, no le faltan méritos para el reconocimiento general. Cuando aún no eran tiempos de recortes, los españoles ya recortaban sus viñetas en La Codorniz. Los académicos ya entendieron en su día la necesidad de poner chispa entre sus sesudas butacas y lo sentaron en el sillón de la “R”. Ahora la Monarquía, es lo que no comprendo muy bien,  entendiéndose escasa de histriónica nobleza, lo incorpora a su Corte Aristocrática para mejorar su casta y otorgándole el Título se apropia de Mingote. No le hace falta, digo yo, porque en sus “prietas-las-filas” goza de dos chistes mayúsculos sin parangón; uno es la Duquesa de Alba y otro es la “urdangarinada”. Con el primero te ríes a mandíbula batiente y con el segundo se te hiela la sonrisa; el pueblo no lo pilla,  pero alguien lo ha pillado.  Debe ser que la Monarquía se siente propietaria legítima de la letra “R” y, antes de que un “R-econocido” Señor de la “R-isa”, pula, fije y dé esplendor al margen de toda “R-ealeza”, lo toma para sí nombrando Marqués a quién ya es un “R-ey”. El Título no hace al monje, que ya venía así de casa. D. Antonio Mingote es Alcalde honorífico del parque del “R-etiro” y un “R-eputado” “R-egidor” de la “R-isa” y la “R-etranca”; es “R-eferente” del “R-espetable”, así que “R-eivindiquémoslo”; nos lo han “R-obado”.

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