Surge, de nuevo, en la forma difusa de las palabras.
Dice que el aire está pintado de una gama de grises espontáneos,
Que el pincel arrebata la esencia melancólica y la muerte
Para transportarla en cubos rebosantes al centro mismo de todo.
Renace y crece, de nuevo, en explosión y en batalla.
Trae un ramillete de lloros también grises y espontáneos,
Una levedad de olvido, un cuidado, un mimo.
Y trae una convocatoria a sus brazos, a su boca, a su misterio.
Compone, de nuevo, la esperanza en un silencio de baile.
Disimula una masacre de colores exiliados
Que volverán triunfantes al arco iris y a sus ojos,
Y entonces, con versos decapitados, recitaré lo que pueda.
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